Queridas estudiantes no soy muy apegado a cuestionarios. sin embargo respeto mucho sus sugerencias. Por favor estudien toda la información analizada en este parcial, a continuación las preguntas del cuestionario:
1, CUAL ES LA ETIMOLOGÍA DE LA PALABRA DEONTOLOGIA?
2. QUIEN FUE EL PRIMERO QUE USO ESTA PALABRA?
4.QUE ES DEONTOLOGIA?
3. COMO SE DEFINE UN CÓDIGO DEONTOLOGICO?
4. MENCIONE LA IMPORTANCIA DEL CODIGO DEONTOLOGICO
5. POR QUE SE DICE QUE LA DEONTOLOGIA ES UNA CIENCIA?
6. POR QUE SE DICE QUE LA DEONTOLOGIA ES UN ARTE?
7. EL CÓDIGO ÉTICO ES IGUAL AL LEGAL? SU RESPUESTA Y LAS RAZONES
8. MENCIONE COMO SE RELACIONA LA ÉTICA Y EL DERECHO.
9. CUAL ES EL CÓDIGO ÉTICO DE UN ABOGADO.
10. CUAL ES EL CÓDIGO ÉTICO DE UN MEDICO.
ÉXITOS ESTUDIANTES
Docente en Academia Rene-Artesanos "ORO" Agente de negocios en 7M Inmobiliaria Estudió en Universidad Técnica Particular de Loja - UTPL Estudió en Inst. Tec. Sup. Dr Jose Ochoa Leon Vive en Machala De Pasaje, El Oro, Ecuador
lunes, 15 de diciembre de 2014
martes, 9 de diciembre de 2014
IMPORTANCIA DE LA DEONTOLOGIA.
IMPORTANCIA
DE LA DEONTOLOGIA
1.
La deontología o deberes de una profesión se recogen en los códigos éticos o
deontológicos. La intención de la redacción de los códigos deontológicos de
cada profesión es explicitar la dimensión estrictamente moral de una profesión,
aquellos comportamientos exigibles a unos profesionales, independientemente de
que estén o no recogidos en las normas jurídicas.
2.
deontología significa, por tanto, la ética de los deberes prácticos, basados en
la acción libre de la persona y en su conciencia moral, y no en la
reglamentación jurídica.
3.
La deontología es tanto un arte (un estilo de vida) como una ciencia
(conocimiento de los fines parar aspirar a fines éticos). La podríamos
considerar un arte porque requiere, como todo arte, el ejercicio de unas
cualidades, de unas virtudes (areté). La consideramos una ciencia, porque requiere el conocimiento de cuáles son los
bienes máximos a que debemos aspirar (axion). Aquí encontramos de nuevo la
trilogía: virtud, valor y deber.
Ética
y Derecho
Al
analizar el ámbito y fines de la deontología nos encontramos con el tema de la
relación entre deontología y derecho, para dejar muy claro que son dos campos o
niveles distintos. Uno es el campo de los deberes éticos o morales, expresados
en la deontología, que no tiene fuerza coactiva alguna, y otro es el campo de
las normas jurídicas, que sí tienen fuerza coactiva y su incumplimiento es
objeto de sanción. Lejos de pensar que la deontología, por no tener esa fuerza
coactiva, es más débil y menos importante que el derecho, la realidad es que el
ámbito ético o deontológico cuenta con más fuerza y eficacia. Veamos lo que
dicen los expertos:
Hugo
Aznar expresa que la autorregulación ética, como los códigos éticos y otros
instrumentos, puede ir mucho más lejos que el derecho en lo que a sus
exigencias y planteamientos normativos se refiere,
(...)
puede exigir mucho más que el derecho porque puede imponerse mucho menos que
este”8. Quiere decir con ello que la
autoridad moral siempre es mucho más respetable y confiable que la autoridad
que da la fuerza o la ley. La ley, con su capacidad coactiva, si no va acompañada
de la autoridad moral de sus legisladores o administradores, aunque pueda
aplicar penas, no tiene una fuerza real; en cambio, la autoridad moral de la
ética puede prescindir de la fuerza coactiva.
Para
el gran jurista José María Desantes los códigos éticos tienen una mayor ratio
que las normas disciplinarias, administrativas o penales, es
decir, el valor intrínseco de los códigos éticos, por su contenido moral, es
mayor.9 Es por eso que el incumplimiento de
dichos códigos y la difusión pública de ello reviste una pena considerable para
la persona o la institución infractora. Este es el caso de los comités de ética
de algunos colegios profesionales o de instituciones, que publican las
denuncias y resoluciones sobre las malas prácticas de algún profesional o
institución, lo cual es una sanción moral que suele tener un efecto grande.
domingo, 23 de noviembre de 2014
UNIDAD 5: ÉTICA Y DEONTOLOGÍA PROFESIONAL: LOS CÓDIGOS ÉTICOS
UNIDAD 5: ÉTICA Y DEONTOLOGÍA PROFESIONAL: LOS CÓDIGOS ÉTICOS
Usted ha escuchado hablar de la deontología profesional. ¿A qué se
refiere concretamente en la actualidad el estudio de la deontología? ¿Qué son
los códigos deontológicos? Emprendamos con entusiasmo el estudio de esta
unidad, referente a la ética y deontología profesional, en la cual analizaremos
por qué no se puede ejercer la profesión de cualquier manera. Veremos, en suma,
que para que una actividad se convierta realmente en una profesión debe
ejercerse de una manera moral y debe tener un amplio desarrollo de principios y
normas éticas. A esto le llamamos deontología.
Le recomiendo que revise las palabras que
sean desconocidas en algunos diccionarios de ética
o en el glosario que está al final de la
guía, que le ayude a tener una visión clara del significado de cada principio.
Iniciamos la presente
temática con el ánimo de aprender nuevos criterios.
El concepto y el ámbito de la deontología
Etimología de la palabra ‘deontología’:
- ‘to déon’ (griego): lo conveniente, lo debido.
- ‘logía’ (griego): conocimiento, estudio.
Significado de deontología: El estudio o la ciencia de lo debido,
de los deberes. Si hablamos de deontología profesional, sería el estudio de los
deberes de cada profesión. La palabra la acuñó el filósofo inglés Jeremy
Bentham (1748-1832), considerado como el padre de la filosofía utilitarista
inglesa, en su obra Deontología o ciencia de la
moral.
lunes, 17 de noviembre de 2014
EVALUACION
SALUDOS QUERIDAS ESTUDIANTES:
ESTA SEMANA TENEMOS UNA EVALUCION MUY IMPORTANTE, POR FAVOR ESTAS PREGUNTAS A CONTINUACIÓN SON UNA GUÍA PARA LA PRUEBA, MUCHAS GRACIAS POR SU COLABORACIÓN Y ÉXITOS.
QUE SON PRINCIPIOS?
QUE ES PRINCIPIO DE AUTONOMÍA?
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL PRINCIPIO DE AUTONOMÍA?
QUE ES EL PRINCIPIO DE BENEFICENCIA?
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL PRINCIPIO DE BENEFICENCIA?
QUE ES EL PRINCIPIO DE JUSTICIA?
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL PRINCIPIO DE JUSTICIA?
QUE ES EL PRINCIPIO DE NO MALEFICENCIA?
QUE ES PATERNALISMO?
COMO DEMOSTRAMOS EN NUESTRA PROFESIÓN LA AUTONOMÍA?
COMO DEMOSTRAMOS EN NUESTRA PROFESIÓN LA BENEFICENCIA?
COMO DEMOSTRAMOS EN NUESTRA PROFESIÓN LA NO MALEFICENCIA?
COMO DEMOSTRAMOS EN NUESTRA PROFESIÓN LA JUSTICIA?
COMO PODEMOS HACER EL BIEN EN NUESTRO EMPLEO?
COMO PODEMOS MOSTRAR AUTONOMÍA EN NUESTRA VIDA?
COMO SON LAS PERSONAS SERVILES?
COMO PODEMOS MOSTRAR EN NUESTRA VIDA LA NO MALEFICENCIA?
COMO PODEMOS MEJORAR AL APLICAR LOS PRINCIPIOS?
QUE ES CONCIENCIA?
QUE ES LIBRE ALBEDRIO?
ESTA SEMANA TENEMOS UNA EVALUCION MUY IMPORTANTE, POR FAVOR ESTAS PREGUNTAS A CONTINUACIÓN SON UNA GUÍA PARA LA PRUEBA, MUCHAS GRACIAS POR SU COLABORACIÓN Y ÉXITOS.
QUE SON PRINCIPIOS?
QUE ES PRINCIPIO DE AUTONOMÍA?
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL PRINCIPIO DE AUTONOMÍA?
QUE ES EL PRINCIPIO DE BENEFICENCIA?
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL PRINCIPIO DE BENEFICENCIA?
QUE ES EL PRINCIPIO DE JUSTICIA?
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL PRINCIPIO DE JUSTICIA?
QUE ES EL PRINCIPIO DE NO MALEFICENCIA?
QUE ES PATERNALISMO?
COMO DEMOSTRAMOS EN NUESTRA PROFESIÓN LA AUTONOMÍA?
COMO DEMOSTRAMOS EN NUESTRA PROFESIÓN LA BENEFICENCIA?
COMO DEMOSTRAMOS EN NUESTRA PROFESIÓN LA NO MALEFICENCIA?
COMO DEMOSTRAMOS EN NUESTRA PROFESIÓN LA JUSTICIA?
COMO PODEMOS HACER EL BIEN EN NUESTRO EMPLEO?
COMO PODEMOS MOSTRAR AUTONOMÍA EN NUESTRA VIDA?
COMO SON LAS PERSONAS SERVILES?
COMO PODEMOS MOSTRAR EN NUESTRA VIDA LA NO MALEFICENCIA?
COMO PODEMOS MEJORAR AL APLICAR LOS PRINCIPIOS?
QUE ES CONCIENCIA?
QUE ES LIBRE ALBEDRIO?
martes, 4 de noviembre de 2014
El ultimo regalo - Pelicula Completa Español Latino.mp4
Conteste las siguientes preguntas:
a) Realice un organizador gráfico de análisis de la pelicula
b) Enumera los regalos que recibió JASON
c) Por que escoge el abuelo a Jason?
d) Que significa Emely para Jason?
e)Que regalo le parece mas importante en su vida y por que?
miércoles, 29 de octubre de 2014
El principio de no maleficencia
El principio de no maleficencia
El estudio correspondiente a este principio de no maleficencia, va
a ser muy breve y concreto. Veamos. Sobre el origen de este principio la
formulación más conocida es: “Primum non nocere”
(Ante todo, no hacer daño), de Escribonio Largo (s. I d. de C.).
El filósofo Diego Gracia ve un antecedente en el Decálogo (los diez
mandamientos) y en la regla de oro: “Haz a los demás lo que quieras que te
hagan a ti”. Santo Tomás la incluye dentro del principio supremo de la ética: “el
bien hay que hacerlo y el mal hay que evitarlo”.
Vamos a saltarnos todas las ideas no concretas. Lo que sí nos
importa es entender la importancia de este principio ético y cómo aplicarlo,
para lo cual destacamos varias cosas
A veces no está claro qué es bueno
hacer pero normalmente sí está claro qué es malo hacer (o dejar de hacer);
Hacer el bien (principio de
beneficencia) en determinados casos puede ser negativo, incurriendo en
paternalismo y violando la autonomía de la persona. El bien se puede hacer de
muchas maneras. Por el contrario, evitar el mal es preceptivo, obligatorio, y
no se necesita del consentimiento ajeno.
El profesional siempre debe sopesar el
daño que se sigue de hacer o no hacer algo, considerar el daño que se le puede
ocasionar a la sociedad y al bien público.
El principio de no maleficencia es la
sombra, o el reverso, de lo que los otros principios establecen positivamente.
Para saber qué es causar daño,
discriminar, manipular, cometer injusticias, hay que saber primero qué bienes
merecen ser promovidos y no afectados, qué trato merecen las personas y a qué
tienen derecho.
Importante:
Este
principio es consecuencia directa de buscar el máximo bien en el otro, actitud
que es una manifestación propia del ser humano que nos engrandece y dignifica.
martes, 21 de octubre de 2014
Relaciones entre beneficencia y autonomía
Relaciones entre beneficencia y autonomía
Solo vamos a detenernos en un aspecto. Se trata del paternalismo como
punto de fricción o conflicto entre los principios de beneficencia y el de
autonomía. ¿Por qué?
El paternalismo es una desviación o manipulación de la beneficencia.
Se da el paternalismo cuando el profesional que sabe hacer bien una actividad
para hacer el bien a las personas adopta una actitud de superioridad y
desigualdad frente al cliente o usuario de sus servicios, entablando una
relación asimétrica. En una relación así el punto de vista del cliente-usuario
no cuenta, quedando este reducido a mero destinatario.
Esta interacción asimétrica profesional-cliente puede ir desde una
simple desigualdad, hasta una relación de abuso, poder y dominación por parte
del profesional respecto del cliente.
Este
paternalismo tiene su origen en la relación paterno-filial. Cuando el hijo es
menor de edad y no sabe lo que necesita ni lo que le conviene, “el padre decide
por él y puede legítimamente imponerle ciertas cosas y contra su criterio, por
su bien”. Ejemplo muy básico: buena conducta, hábitos de higiene, alimenticios,
estudiar, etc... El problema se da cuando el padre no permite que el hijo vaya
tomando las decisiones que ya está en condición de asumir y adopta una postura
sobreprotectora con él, con la que no le hace ningún favor al hijo. Del mismo
modo, cuando el profesional impone determinadas actuaciones al cliente-usuario,
sin contar con su criterio ni con su consentimiento, le está tratando como a un
menor de edad, incurriendo en un paternalismo que va en contra de la autonomía.
Claro
está que hay un paternalismo justificado cuando por la edad u otros
impedimentos no hay autonomía en el cliente-usuario, y hay un paternalismo
injustificado cuando sí hay autonomía o cuando, aunque no la haya, el
profesional no es quién para determinarlo ni para suplantar a quien ostenta la tutela
de la persona no autónoma.
La
clave para resolver el posible conflicto entre beneficencia y autonomía, y en
concreto para resolver el paternalismo, es que nadie está legitimado para
imponer a otros sus propias convicciones, ni para no respetar las ajenas.
Pero
también podemos caer en una autonomía insensata e irracional, pensando en que
cualquier convicción, por el hecho de que alguien la defienda, es igualmente
válida y razonable. Reivindicar la autonomía personal no es oponerse a todo lo
que suene a imposición ajena, sino sobre todo es educar el propio juicio moral
acerca de los bienes que hacen que la vida sea plena y digna de ser vivida.
En
este punto Augusto Hortal nos invita a ser realistas y a reconocer que no todas
las personas, aunque seamos adultas, partimos en igualdad de condiciones: unos
son más autónomos que otros, unas veces somos más autónomos que otras. Hay
muchas personas adultas que viven en un servilismo, que se dejan manipular, y
otros que seducen y manipulan al resto. En nombre de la autonomía se pueden
cometer o permitir muchas actuaciones indignas. Hay veces que invocamos la libertad
para dejarnos dominar por caprichos y vicios propios o ajenos.
En
definitiva, para que se dé la necesaria complementariedad entre beneficencia y
autonomía en la actuación profesional hay que tener en cuenta que:
No se
trata solo de hacer el bien sino de contar con aquel que lo hace y con aquel al
que se pretende favorecer, con sus criterios y convicciones acerca del bien. El
bien impuesto a la persona adulta no es bien moral, pues nadie puede sustituir
a la persona en su tarea de realizar su propia vida. El criterio ético lo
debemos asumir y hacer nuestro libremente.
La
autonomía se fundamenta en la necesidad de respetar a la persona, sus derechos,
criterios y decisiones, en virtud de la dignidad que aquella posee. Pero la
dignidad, a su vez, se basa en el bien en sí mismo que es la persona. La
autonomía está definida y orientada a la promoción y desarrollo de una vida
plena y auténtica. Una actuación que en nombre de la autonomía atente contra la
dignidad propia o ajena, será una falsa autonomía, será una actuación inhumana
y despersonalizante con la que no podemos transigir.
martes, 14 de octubre de 2014
SEGUNDO QUIMESTRE...El principio de autonomía...
El
principio de autonomía
Ahora nos vamos a centrar en un par de
ideas clave. El principio de autonomía tiene su origen en los inicios de la
modernidad (fines del siglo XVIII, con la Revolución Francesa de 1789), cuando
se terminan los regímenes políticos absolutistas y totalitarios y se proclama
la primera generación de derechos humanos: los civiles y los políticos
(libertad de conciencia y pensamiento, libertad de prensa, el sufragio
universal, la separación de poderes), y el liberalismo económico. La idea
latente en todo ese pensamiento moderno es que “nada es verdaderamente humano si
es impuesto a los hombres por los otros hombres” y “la fe, la religión y la
moral son verdaderas y valiosas si son libremente elegidas o aceptadas” .
Kant es el filósofo que aplica estas ideas al ámbito de la moral.
Afirma que la libertad y la razón son propias de todos los seres humanos y
fundamento de su dignidad, por lo cual, la voluntad libre y racional del hombre
es la única fuente de la ley moral. El hombre es moralmente autónomo, no
obedece a ninguna instancia externa, sino a su propia voluntad racional que le
convierte en legislador de sí mismo y en colegislador junto con los otros
hombres.
Por
este principio de la autonomía moral, los seres humanos son morales en la
medida en que libremente se determinen a sí mismos mediante la razón. De este
modo, si dos personas se unen para pensar en lo que deben hacer y se atienen a
lo que les dicta la razón, y no sus inclinaciones, deseos, intereses, posición
social, coincidirán plenamente en una ley moral, que, por tanto, no se la
imponen el uno al otro, sino que cada cual la descubre y la acepta con su
razón. Cuando las personas no coinciden es porque alguna de ella se está
guiando por esas preferencias, que no son racionales sino empíricas, es decir,
fruto de sus deseos o necesidades concretas e inmediatas.
Hortal
nos dice que hoy el principio de autonomía se aplica para legitimar el
pluralismo, es decir, el conjunto de voluntades que discrepan entre sí pues
cada una defiende su propia arbitrariedad y forma de pensar. Por tanto, la
autonomía en la vida real eleva a canon (norma) la voluntad de cada uno, aunque
no sea racional, haciendo que ese acuerdo racional ideal, del que hablaba Kant,
se convierta en que cada uno puede hacer lo que quiera y aplicar los criterios
que quiera en su ámbito de decisión. De este modo, la autonomía racional deriva
en una autonomía empírica que es la no interferencia en el ámbito de decisión
de uno, siempre que no perjudique ni interfiera en la correspondiente capacidad
de los demás.
martes, 2 de septiembre de 2014
La familia...
Ya
hemos dicho que para que un bien particular sea realmente un bien debe
insertarse o contribuir al fin último que es una vida buena. No dedicar tiempo
a la familia, priorizar las cosas del trabajo, aislarse, no nos conducen a una
vida buena ni a nosotros ni a los demás. Por tanto, esas actuaciones, dedicar
excesivas horas al trabajo, vivir solo pensando en el trabajo, no son buenas.
Pueden ser buenas en el aspecto estrictamente laboral, en cuanto que realizan
el fin de la actividad profesional, es decir, esa persona logra ser muy eficaz
en su trabajo porque se entrega ilimitadamente a él y tendrá muy satisfecho su
jefe, pero no son actuaciones éticamente buenas porque no ayudan a esa persona
a ser un buen padre y un buen esposo.
Como
dice Augusto Hortal (p. 128): “No es buen médico el que solo es médico; no es
buen profesional el que de tal manera apuesta unilateralmente por su propia
profesión que subordina todos los otros aspectos (económicos, familiares,
espirituales, sociales, etc…) a la propia profesión.”
¿O
se puede cuidar de la familia pero ser un mal profesional? De igual modo hay
que decir un NO rotundo.
Por
la misma razón: el que es irresponsable, ineficiente y hace mal el trabajo ni
realiza bien lo que debe hacer ni realiza el bien o fin de esa profesión, lo
cual no está de acuerdo con una vida buena y plena.
En
definitiva, nos dice Augusto Hortal (p. 118) que una acción será moralmente
buena no solo tomando en cuenta un ámbito de la vida, sino la totalidad de una
vida que merezca ser vivida y alabada como profundamente humana. Aquí surge,
claro está, la cuestión de definir qué es una vida “profundamente humana”.
martes, 26 de agosto de 2014
Para ser un buen profesional hay que ser una buena persona...
Ya
hemos visto que cada actividad profesional persigue y realiza un bien, que es
el fin o razón de ser de esa actividad. Pero este bien hace referencia solo a
una dimensión de la vida del hombre: la profesional.
Podría
darse el caso de que nos preocupemos de ser buenos en el ámbito profesional y
que no lo seamos tanto en el resto de ámbitos. Caeríamos en la paradoja de
aquellos profesionales que son buenos en su trabajo, pero son malos esposos o,
malos padres, malos ciudadanos. Y a la inversa, que alguien sea un buen esposo,
padre, ciudadano, pero que sea un mal profesional. ¿Es compatible obrar bien en
algunas situaciones y obrar mal en otras? ¿Se puede ser a la vez un buen
profesional y descuidar a la familia? ¿O cuidar de la familia pero ser un mal
profesional?
La
respuesta nos la da el filósofo griego Aristóteles (s. IV a. de C.). Dicho
filósofo afirma que hay una subordinación entre todos los bienes y fines que el
hombre realiza y persigue, de tal modo, que unos bienes se realizan porque nos
llevan a otros superiores. Por ejemplo, cocinamos para alimentarnos y gozar de
una buena salud que nos permita crecer, trabajar y vivir felices; hacemos una
llamada de teléfono o por skype para interesarnos por la otra persona y cumplir
nuestra labor de madre, padre, esposo o hijo; gerenciamos una empresa de
lácteos para ofrecer alimentos básicos a la población y también para generar un
beneficio, sostener unos puestos de trabajo y estimular la producción lechera
de unas comunidades campesinas; y así sucesivamente.
Esta
concatenación de los bienes y fines que vamos persiguiendo y realizando nos
lleva a la pregunta por el fin o bien último por el que todo se hace y que se
constituye en el fin supremo, pues se quiere
por sí mismo y no como medio para alcanzar un fin superior. A este fin
último Aristóteles lo llamaba ‘eudaimonía’, que quiere decir vivir bien y
actuar bien. El significado profundo de esa vida buena o de lo que es el bien
es lo que tenemos que descubrir. Más adelante lo desarrollaremos.
En
definitiva el bien particular (el que se consigue en una determinada actividad
profesional) solo será un bien en la medida en que se integre o forme parte del
bien supremo, de ese fin último que es tener una vida buena, obrar el bien.
Como dice Augusto Hortal, “nada es verdaderamente bueno, éticamente bueno, si
solo es bueno es un aspecto restringido, si se absolutiza y aísla del bien
supremo, si no se inscribe en un proyecto de vida buena”. Y ya sabemos que una
vida buena es una vida plenamente realizada.
Dicho
de otra manera, el criterio último para juzgar una actuación y el bien (fin) que
realiza es en la medida en que contribuye a vivir esa vida buena o vida en
plenitud no solo cada uno para sí mismo, sino por, con y para los otros.
Aquí,
estimado estudiante, tenemos una clave importantísima para discernir si nuestra
actuación profesional es buena: si nuestra manera de realizar nuestra profesión
nos ayuda a alcanzar ese bien o fin supremo, que es una vida buena y plena. Por
ejemplo: para una persona creyente, sea católica o de otra religión cristiana,
una vida buena es el amor a Dios y al prójimo, con todos los valores y virtudes
que ello implica, sobre todo la misericordia, el perdón, la humildad, la generosidad.
Una buena actuación profesional será aquella en la que la persona, a través de
su profesión, practica estas virtudes en su entorno laboral. Así pues, ya
tenemos la respuesta a la pregunta inicial:
¿Se puede ser a la vez un buen
profesional y descuidar a la familia? Rotundamente NO.
martes, 19 de agosto de 2014
12 CLASE
3.2. El principio de beneficencia
En cuanto a la etimología
de la palabra ‘beneficencia’, es un término latino
que procede de las palabras ‘bene’:
bueno y ‘facere’:
hacer.
Nos quedaremos con los que nos aportan el Diccionario de la RAE: “virtud
de hacer el bien” (‘active goodness’) y el Diccionario María Moliner: “beneficiar,
favorecer, hacer el bien o ser bueno para alguien o algo”. Despojémonos del
sentido más común con que solemos usar la palabra beneficencia, y es el que se
asocia a las instituciones de caridad o a actividades de ayuda social.
El
sentido como vamos a usar la palabra ‘beneficencia’ es el de ‘hacer el bien’ a
los demás a través de la propia profesión. Y aquí hay un doble sentido que
seguidamente explicaremos: “hacer bien” nuestra profesión y “hacer el bien” a
los demás a través de nuestra profesión.
3.2.1. La formulación del principio de beneficencia es:
“Hacer bien una actividad y hacer el bien a otros mediante una actividad bien
hecha”. En esta clara explicación del primer principio que debe cumplir toda
profesión, destaquemos dos cosas importantes concatenadas entre sí:
1.
Hacer bien la actividad profesional. El primer principio que debe regir toda
ética profesional es hacer bien la actividad profesional.
2.
Realizar el bien (fin) de esa profesión. Toda actividad profesional busca
alcanzar y realizar el bien (el fin) al que dicha actividad está
constitutivamente encaminada. Para ejercer bien la profesión primero hay que
saber cuál es el fin propio, legítimo de dicha profesión.
A.
Hortal afirma que el fin de cada actividad es el bien al que está ordenada
dicha actividad: el fin/bien del cocinar es hacer comida; el fin/bien de
telefonear es comunicarse con alguien lejano; el fin/bien de un aparato es que
funcione adecuadamente.
Si
hablamos de las profesiones de cada uno de ustedes, ¿cuál sería el bien al que
está ordenada o dirigida su actividad profesional? Pensemos…
viernes, 15 de agosto de 2014
Cuestionarios para las alumnas de los sabados...
QUE ES ÉTICA?
QUE ES MORAL?
QUE ES PROFESIÓN?
QUE SON LAS VIRTUDES?
DIFERENTES MODELOS DE ÉTICA?
QUE ES ÉTICA UTILITARISTA?
QUE ES ÉTICA EPICUREA?
QUE ES LA ÉTICA DE KANNT?
NORMAS VS VIRTUDES?
QUE ES DEGRADACIÓN DE OFICIO?
CRITERIO PERSONAL DE UN VIDEO?
CRITERIO PERSONAL SOBRE ETICA CRISTIANA?
QUE ES ETICA EDONISTA?
QUE ES MORAL?
QUE ES PROFESIÓN?
QUE SON LAS VIRTUDES?
DIFERENTES MODELOS DE ÉTICA?
QUE ES ÉTICA UTILITARISTA?
QUE ES ÉTICA EPICUREA?
QUE ES LA ÉTICA DE KANNT?
NORMAS VS VIRTUDES?
QUE ES DEGRADACIÓN DE OFICIO?
CRITERIO PERSONAL DE UN VIDEO?
CRITERIO PERSONAL SOBRE ETICA CRISTIANA?
QUE ES ETICA EDONISTA?
miércoles, 6 de agosto de 2014
11 CLASE
¿Qué son los principios?
Luego de haber reflexionado y analizado lo relacionado con la profesión,
en la presente unidad conoceremos los principios de la ética en orden a
aplicarlos en el ámbito profesional y humano.
En cuanto a este primer apartado ¿Qué son los principios? La ética profesional debe buscar los
criterios que nos permitan discernir entre las actuaciones aceptables y las que
no lo son. Esos criterios prácticos, que orientan nuestras acciones, proceden
de unos criterios superiores o principios que nos permiten orientarnos acerca
de lo que es éticamente bueno o no.
Definición de principios éticos: “aquellos imperativos de tipo
general que nos orientan acerca de qué hay de bueno y realizable en unas
acciones y de malo y evitable en otras”. Los principios éticos o morales no
prescriben (ordenan, obligan a realizar) actuaciones concretas de forma directa
e inmediata, sino que indican los temas y metas que hay que considerar a la
hora de formular normas o reglas morales.
De
este modo, Augusto Hortal hace una doble distinción:
-
Principios éticos: son generales o universales y expresan los grandes temas y
valores a tomar en cuenta en el vivir y en el actuar.
-
Normas: aplican los principios a situaciones concretas de la vida o de la
profesión, dicen cómo se debe aplicarse el principio.
Ejemplo de principio ético:
“Todos
los seres humanos nacen iguales en dignidad y derechos”. Este es un principio
universal pues expresa el valor de la dignidad que posee todo ser humano y orienta
la acción de toda persona o Estado.
Ejemplo de norma:
Art.
9. Las personas extranjeras que se que se encuentren en el territorio
ecuatoriano tendrán los mismos derechos y deberes que las ecuatorianas, de
acuerdo con la Constitución (Constitución de la República del Ecuador, 2008).
martes, 22 de julio de 2014
10 CLASE
Por
último, Platón ha advertido de la inevitable degradación de los oficios o
técnicas que ya no tienen su asiento en el alma del artesano, al modo de una
pericia o maestría adquirida tras larga práctica, sino que perviven como un
conjunto de fórmulas o recetas aplicables mecánicamente. Tales saberes,
desprovistos de la sensibilidad para las mínimas diferencias cualitativas
característica del arte verdadero, están abocados al fracaso. La medicina hipocrática,
por ejemplo, no podría recuperarse con solo estudiar los textos de esa
tradición que se han conservado y otros que pudieran recuperarse. Lo que de
este modo se alcanzaría no pasaría de ser una versión lejana y desvaída de un
saber que solo cabe transmitir de maestros a discípulos y en contacto directo
con la praxis
Estimado
estudiante, debemos forjar nuestro carácter moral a través del ejercicio de
virtudes y no solamente del conocimiento y aprendizaje de normas y reglas
éticas. Esto no quiere decir que las normas éticas no sean necesarias, o que
los códigos éticos o deontológicos, como estudiaremos en el segundo quimestre,
no sean importantes. Todo lo contrario: estos son importantes, pero no pueden sustituir
al ejercicio de la virtud. Podríamos decir que ambas cosas, las virtudes y las
normas, son complementarias. Es importante que existan y que se concreten
cuáles son las normas éticas, para que nos ayuden a orientarnos, pero en los
códigos éticos se deben expresar cuáles son las virtudes o prácticas más
excelsas de una profesión y que cada profesional debe interiorizar e ir
haciendo un hábito en su ejercicio diario.
martes, 15 de julio de 2014
9 CLASE
En segundo lugar, una virtud es mucho más que una tendencia arraigada a cumplir una norma.
La virtud lleva aparejada la lucidez moral y, en esa medida, es ella misma normativa. La valentía
del soldado no se reduce a no abandonar su puesto; habiéndose quedado en él, todavía ha de
interpretar la situación, siempre cambiante, discernir la acción adecuada y obrar en consecuencia.
Se entenderá bien a qué nos referimos si se considera el caso de quien intenta acomodar su
conducta a un conjunto de normas morales. Inevitablemente, las normas son abstractas: declaran
la bondad o maldad de tipos de acciones (mentir, robar, socorrer, etc.), haciendo abstracción
de las circunstancias particulares que concurren en cada caso (a quién se mienta, qué se robe,
etc.). En cambio, las circunstancias en que se ve envuelto el sujeto moral son en todos los casos
estrictamente individuales e irrepetibles. La cuestión es: ¿cómo salvar la distancia entre las
mediaciones normativas, siempre universales y abstractas, y el carácter único e irrepetible de
cada situación vital concreta? Los partidarios de la ética normativa no tienen más que una salida:
apelan a normas subalternas que no sean tan generales como las primeras. Pero, por más que
especifiquemos las normas subordinadas, estas seguirán siendo universales: seguirá siendo
posible un número ilimitado de casos que, aun cayendo bajo esa norma, sean distintos entre sí y,
por ello, reclamen un tratamiento diferente. Platón ha denunciado plásticamente el proyecto de
una legislación exhaustiva, que comprenda todos los casos posibles, comparándolo con el intento
de decapitar a la hidra, monstruo mítico cuyas cabezas se multiplican al ser cortadas (Rep.426e).
Los partidarios de la ética de la virtud se encuentran en una posición más favorable. Como se dijo,
el virtuoso no es simplemente un hombre que conoce un conjunto de reglas y está acostumbrado
a respetarlas. Posee también una peculiar lucidez que le hace capaz de sopesar los rasgos
moralmente relevantes de cada situación y reconocer la conducta adecuada en cada coyuntura.
Este sexto sentido moral compara Aristóteles felizmente a la regla de plomo utilizada por los
arquitectos lesbios: no es una regla rígida, como las comunes, sino un instrumento flexible que
adopta la forma de la piedra u oquedad que se trata de medir
viernes, 11 de julio de 2014
lunes, 7 de julio de 2014
8 CLASE
1.5. La educación moral: virtudes frente a normas
Desde la perspectiva de la educación, otros autores también
subrayan la insuficiencia del conocimiento teórico de las normas para formar
una personalidad moral en la persona. O dicho de otro modo, la insuficiencia de
los códigos éticos y de una formación ética que solo se basara en el estudio de
los mismos.
Uno de esos autores es Leonardo Rodríguez Duplá 5, quien contrapone la
formación ética basada en virtudes (ética clásica de Platón y Aristóteles) a la
formación ética basada en normas (ética moderna de Kant). El peligro de la
Deontología profesional es centrarse solo en la enseñanza de las normas éticas
y desplazar la importancia de la virtud. Rodríguez Duplá explica tres razones
por las cuales esta no es la mejor forma de enseñar la ética profesional y de
forjar una conciencia moral:
1.
La primera es el fenómeno de la akrasía o flaqueza de la voluntad. El hombre no
es un ser puramente intelectual, sino que su conducta depende también de
resortes irracionales. El conocimiento claro y actual de la norma no garantiza
su cumplimiento. Somos capaces, muy capaces, de hacer el mal a sabiendas. Esta
es la enseñanza de la historia de Leoncio, narrada por Platón en el libro IV de
La república. Tras largo forcejeo entre su deseo de regocijarse en la visión de
los cadáveres arrojados por el verdugo junto a la muralla y la clara conciencia
de tratarse de una apetencia morbosa, Leoncio espeta a sus ojos: “Ahí los
tenéis, malditos, saciaos del hermoso espectáculo”(440a). Si hemos de dar
crédito a este testimonio -y acaso no falten en la vida de ningún hombre
experiencias que lo corroboren-, no hay razón para depositar excesivas esperanzas
en una educación moral cuyo núcleo sea el aprendizaje de un repertorio de
normas deontológicas, pues cabe conocer al dedillo esas normas y, con todo,
infringirlas movidos por algún deseo o pulsión irracional.
En
cambio, una educación moral centrada en la lenta asimilación de las virtudes
parece mucho más promisoria. La ejercitación de la virtud va ahormando o
encauzando los sentimientos y deseos del sujeto. La virtud se convierte así en
un resorte interno de la conducta, el cual ofrece mucha más fiabilidad que el
simple enunciado de un límite impuesto desde fuera. Recordemos que la
“educación
musical”, primera fase del adiestramiento moral diseñado por Platón en La
república, consiste en familiarizar al alma con la belleza e inclinarla a ella
ya desde la infancia temprana. Como Platón pensaba que lo bello y lo bueno son
en el fondo lo mismo, esperaba que la con naturalidad del alma con la belleza
se traduciría espontáneamente en conductas moralmente buenas. Se compartan o no
los presupuestos metafísicos de esta pedagogía, parece razonable conceder que en
la idea de la virtud como dimensión adquirida del carácter y raíz estable de la
conducta hay un núcleo de validez permanente.
martes, 1 de julio de 2014
7 CLASE
¿QUÉ SON LAS PROFESIONES?
A continuación vamos hablar de las profesiones como factor
determinante en la vida de cada profesional
en sus ámbitos laboral, personal y familiar.
2.1. Primera caracterización de las profesiones
En el presente tema usted va a encontrar aspectos relevantes que
el autor del texto básico menciona en relación al sentido pleno de profesión.
¿Entiende usted la profesión como vocación? Para un acercamiento al tema es
fundamental apoyarnos en la bibliografía complementaria donde se dice lo
siguiente:
Reflexión:
Gatti,
G (2001) en su texto: Ética de las profesiones formativas en la pág. 42,
menciona: “La práctica de un trabajo o el ejercicio de una profesión es, ante
todo, para el hombre un campo a menudo decisivo para la explicación de sus
dotes específicamente humanas, como la inteligencia, la creatividad, la
tenacidad, la habilidad manual o intelectual, pero al mismo tiempo conllevan
para él una fatiga particular, ligada a la fatiga física o mental, a la
repetición del trabajo, a la condición de subordinación en que se hace”.
El ethos profesional como fenómeno social
Para una mejor comprensión de los términos es necesario partir de
su etimología y luego ir al texto básico. Como vimos en la primera unidad
didáctica el término ‘ética’ procede del griego ‘ethos’, que significa tanto
costumbre como carácter o modo de ser. Si unificamos esas dos acepciones, ética
vendría a ser el carácter o modo de ser adquirido a través de las costumbres y
hábitos. Por tanto, la expresión
‘ethos profesional’ hay que entenderla como el carácter moral o modo de
ser moral de un profesional. Es interesante acudir al origen del término ‘profesión’
y del concepto de ‘profesional’. Seguramente que le ha resultado muy novedoso y
sorprendente, querido estudiante, conocer que al principio los profesionales en
sentido estricto eran solo los sacerdotes, los médicos y los juristas (jueces).
Se entendió durante mucho tiempo que la ‘profesión’ era una especie de
sacerdocio. De este modo, el médico era un ‘sacerdote de la salud’, el militar
un ‘sacerdote de las armas’ y el juez un ‘sacerdote de la justicia’. Entendamos
aquí la palabra sacerdote en sentido amplio, no solo referida a los hombres que
reciben el sacramento del orden. El diccionario de la Real Academia Española
(RAE) define al sacerdocio no solo como ‘la dignidad y estado de sacerdote’
sino como una ‘consagración activa y celosa al desempeño de una profesión o ministerio
elevado y noble’.
Podemos ver, entonces, que la palabra Podemos
ver, entonces, que la palabra ‘profesión’ tiene un origen y un significado
profundamente religioso, tanto como el término ‘vocación’:
Profesión:
según el diccionario de la RAE, proviene del verbo profesar que tiene varias
acepciones: ejercer una ciencia, un arte o un oficio; ejercer algo con
inclinación voluntaria y continuación en ello; creer, confesar; sentir algún
afecto, inclinación o interés, y perseverar voluntariamente en ellos; en una
orden religiosa, obligarse a cumplir los votos propios de su instituto. El
autor de nuestro texto básico define la profesión como dedicación o consagración
de la propia vida a unas determinadas tareas y servicios, y es una dedicación
de por vida y comprometiéndose a los valores que esa vida conlleve. El término
se usa mucho para referirse a la ‘profesión religiosa’, es decir, a la
dedicación de la vida a Dios.
domingo, 22 de junio de 2014
6 CLASE
Ya hemos dicho en el punto anterior que según se acentúe un aspecto
u otro de los tres ámbitos de la moral (virtud, valor o deber) nos encontramos
con teorías distintas. Es importante hacer un breve recorrido por las
principales teorías éticas para analizar la contribución de cada filósofo a la
comprensión y a la fundamentación de la ética, pero también para hacer una
revisión crítica de los reduccionismos presentes en algunas de ellas y que
todavía siguen muy vigentes en la sociedad actual.
Las
principales teorías éticas las podríamos resumir en el siguiente cuadro:
Eudemonismo o ética de
las virtudes
|
Epicureísmo o hedonismo
|
Ética kantiana o del
deber
|
Ética comunicativa o
dialógica
|
Sócrates, Platón,
Aristóteles (Grecia, ss. V-IV
a. de C.)
|
Epicuro (Grecia, s. IV a. de C.)
|
Kant (Prusia, s. XVIII)
|
Apel, Habermas
(Alemania, s. XX)
|
Eudeimonía=felicidad
La máxima aspiración
del hombres es al bien
supremo, la felicidad, que
se encuentra en Dios.
|
Hedoné= placer
La felicidad a la que
aspira el hombre es el
placer. Jerarquía placeres:
los superiores son los
espirituales (placeres físicos
más elevados).
|
El fundamento de la
norma moral es el
deber: necesidad de una
acción por respeto a la
ley, no por el bien que
pueda reportar, sino
por el respeto al deber
(imperativo categórico).
|
Las normas morales
proceden del consenso
en el diálogo de todas las
personas afectadas.
Reconocerse recíprocamente
como interlocutores
válidos, capacidad
autolegisladora.
Normas mínimas
universales.
|
La felicidad se alcanza
mediante la práctica de
las virtudes. Contemplar la
verdad es el ideal superior
de vida virtuosa.
.
|
El criterio moral: cálculo de
cómo conseguir el mayor
placer y cómo evitar el sufrimiento.
|
El criterio de bondad
moral es que haya la
voluntad de cumplir
el deber; la buena
voluntad”, sin importar
las consecuencias
|
|
Moral cristiana
|
Utilitarismo
|
Ética axiológica
|
|
Parte de la filiación
divina y de la fraternidad
universal.
|
Jeremy Bentham, Inglaterra,
s. XVIII
Resurgimiento epicureísmo
|
Max Scheler,
Nicolai
Hartmann
s. XX
|
|
Felicidad como unión
con las personas divinas,
participar de la vida
abundante de un Dios
amor: “Dios es amor y
quien no ama no ha conocido a Dios.”
.
|
Felicidad como consecución
del máximo placer y reducir
al máximo el dolor.
Placer como bienestar,
confort, sensualidad
|
Es bueno el acto que
realiza un valor y malo el
que lo impide.
Ética material (la materia
o contenido de lo moral,
el bien), frente a la ética
formal (Kant)
|
|
El criterio de moralidad es
el amor: “ámense los unos
a los otros como Yo les he
amado”.
Ideal del amor perfecto
de Cristo: “no hay mayor
amor que dar la vida por
el amigo”.
.
|
Principio de utilidad: es útil el
acto que aumenta el placer y
disminuye el dolor.
Aritmética de placeres: “que
mi dolor no supere a mi
bienestar”. Conducta regida
por el interés.
|
Los valores plasman
ideales de perfección
que el hombre capta
intuitivamente
|
|
Utilitarismo social: John
Stuart Mill: La máxima felicidad
posible para la mayoría.
Placer sensual y placeres superiores.
|
Resulta
evidente que la teoría ética que predomina en la actualidad es la del hedonismo
y la del utilitarismo.
Pero
también la ética comunicativa, que busca las normas éticas mínimas, es decir,
aquellas aceptables por todo ser humano a través del consenso, lo cual encaja
bien con la pluralidad de cosmovisiones que hay en la sociedad actual, pues
esta teoría ética implica un diálogo y una negociación entre todas las personas,
intentando compatibilizar sus distintas creencias.
Ahora
bien, si volvemos a lo que dijimos en el apartado anterior, una buena teoría
ética debe contemplar todas las dimensiones del fenómeno moral: la virtud, el
valor y el deber. En el cuadro anterior, nos damos cuenta de que la mayoría de
esas éticas enfatizan uno de los tres aspectos, haciendo un reduccionismo de la
ética. Desde luego que los principales reduccionismos son los que hacen la
ética epicúrea y la utilitarista, identificando la vida ética con el placer o
con lo útil, lo cual refleja una visión materialista de la persona.
Desgraciadamente, esta visión de la ética está muy extendida en la sociedad
actual.
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