domingo, 10 de mayo de 2020

Sócrates...



Filósofo idealista de la Grecia antigua, adversario del materialismo, de las ciencias naturales y del ateísmo. El círculo aristocrático agrupado alrededor de Sócrates era el centro de la lucha ideológica y política contra la democracia de Atenas. Formaban parte de ese círculo: Platón (ver), Critias (quien después de la derrota de la democracia encabezó a los treinta tiranos de Atenas), los traidores Alcibíades y Jenofonte. Poco después de la victoria de la reacción, fue restaurado el poder democrático y Sócrates condenado a muerte por su actividad antipopular. Sócrates no dejó ninguna obra escrita, pero su doctrina se había difundido ampliamente y llegó hasta nosotros gracias a los escritos de Platón, Jenofonte y Aristófanes. Según Sócrates, el objeto de la filosofía es el de enseñar la virtud. A este efecto, es preciso conocer previamente las normas éticas generales, el bien universal, pues la virtud y el conocimiento no forman más que una unidad. El conocimiento de sí, fuente de la virtud, comienza por la duda. “Sólo sé que no sé nada”, repetía Sócrates. El método socrático tiene por objeto el descubrimiento de la “verdad” por medio de las disensiones. Proponiendo preguntas a sus interlocutores, Sócrates los llevaba a reconocer su ignorancia (“ironía”), después a adquirir conciencia de la virtud, o dicho de otro modo, ayudaba al pensamiento a “dar a luz” (“mayéutica”). La noción general del bien estaba determinada por la confrontación de una serie de casos particulares (“inducción”). Este método, que es coronado por la división de los conceptos en géneros y especies (“definición”), fue una de las fuentes de la dialéctica idealista del discípulo de Sócrates, Platón. Sócrates repudia el conocimiento de la naturaleza y consideraba que el hombre no puede acceder a él. Predicaba la teleología vulgar.

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