martes, 26 de agosto de 2014

Para ser un buen profesional hay que ser una buena persona...



                                Para ser un buen profesional hay que ser una buena persona

Ya hemos visto que cada actividad profesional persigue y realiza un bien, que es el fin o razón de ser de esa actividad. Pero este bien hace referencia solo a una dimensión de la vida del hombre: la profesional.
Podría darse el caso de que nos preocupemos de ser buenos en el ámbito profesional y que no lo seamos tanto en el resto de ámbitos. Caeríamos en la paradoja de aquellos profesionales que son buenos en su trabajo, pero son malos esposos o, malos padres, malos ciudadanos. Y a la inversa, que alguien sea un buen esposo, padre, ciudadano, pero que sea un mal profesional. ¿Es compatible obrar bien en algunas situaciones y obrar mal en otras? ¿Se puede ser a la vez un buen profesional y descuidar a la familia? ¿O cuidar de la familia pero ser un mal profesional?
La respuesta nos la da el filósofo griego Aristóteles (s. IV a. de C.). Dicho filósofo afirma que hay una subordinación entre todos los bienes y fines que el hombre realiza y persigue, de tal modo, que unos bienes se realizan porque nos llevan a otros superiores. Por ejemplo, cocinamos para alimentarnos y gozar de una buena salud que nos permita crecer, trabajar y vivir felices; hacemos una llamada de teléfono o por skype para interesarnos por la otra persona y cumplir nuestra labor de madre, padre, esposo o hijo; gerenciamos una empresa de lácteos para ofrecer alimentos básicos a la población y también para generar un beneficio, sostener unos puestos de trabajo y estimular la producción lechera de unas comunidades campesinas; y así sucesivamente.
Esta concatenación de los bienes y fines que vamos persiguiendo y realizando nos lleva a la pregunta por el fin o bien último por el que todo se hace y que se constituye en el fin supremo, pues se quiere  por sí mismo y no como medio para alcanzar un fin superior. A este fin último Aristóteles lo llamaba ‘eudaimonía’, que quiere decir vivir bien y actuar bien. El significado profundo de esa vida buena o de lo que es el bien es lo que tenemos que descubrir. Más adelante lo desarrollaremos.
En definitiva el bien particular (el que se consigue en una determinada actividad profesional) solo será un bien en la medida en que se integre o forme parte del bien supremo, de ese fin último que es tener una vida buena, obrar el bien. Como dice Augusto Hortal, “nada es verdaderamente bueno, éticamente bueno, si solo es bueno es un aspecto restringido, si se absolutiza y aísla del bien supremo, si no se inscribe en un proyecto de vida buena”. Y ya sabemos que una vida buena es una vida plenamente realizada.
Dicho de otra manera, el criterio último para juzgar una actuación y el bien (fin) que realiza es en la medida en que contribuye a vivir esa vida buena o vida en plenitud no solo cada uno para sí mismo, sino por, con y para los otros.
Aquí, estimado estudiante, tenemos una clave importantísima para discernir si nuestra actuación profesional es buena: si nuestra manera de realizar nuestra profesión nos ayuda a alcanzar ese bien o fin supremo, que es una vida buena y plena. Por ejemplo: para una persona creyente, sea católica o de otra religión cristiana, una vida buena es el amor a Dios y al prójimo, con todos los valores y virtudes que ello implica, sobre todo la misericordia, el perdón, la humildad, la generosidad. Una buena actuación profesional será aquella en la que la persona, a través de su profesión, practica estas virtudes en su entorno laboral. Así pues, ya tenemos la respuesta a la pregunta inicial:
¿Se puede ser a la vez un buen profesional y descuidar a la familia? Rotundamente NO.



martes, 19 de agosto de 2014

12 CLASE

3.2. El principio de beneficencia



En cuanto a la etimología de la palabra ‘beneficencia’, es un término latino que procede de las palabras ‘bene’: bueno y ‘facere’: hacer.
Nos quedaremos con los que nos aportan el Diccionario de la RAE: “virtud de hacer el bien” (‘active goodness’) y el Diccionario María Moliner: “beneficiar, favorecer, hacer el bien o ser bueno para alguien o algo”. Despojémonos del sentido más común con que solemos usar la palabra beneficencia, y es el que se asocia a las instituciones de caridad o a actividades de ayuda social.

El sentido como vamos a usar la palabra ‘beneficencia’ es el de ‘hacer el bien’ a los demás a través de la propia profesión. Y aquí hay un doble sentido que seguidamente explicaremos: “hacer bien” nuestra profesión y “hacer el bien” a los demás a través de nuestra profesión.

3.2.1. La formulación del principio de beneficencia es: “Hacer bien una actividad y hacer el bien a otros mediante una actividad bien hecha”. En esta clara explicación del primer principio que debe cumplir toda profesión, destaquemos dos cosas importantes concatenadas entre sí:
1. Hacer bien la actividad profesional. El primer principio que debe regir toda ética profesional es hacer bien la actividad profesional.
2. Realizar el bien (fin) de esa profesión. Toda actividad profesional busca alcanzar y realizar el bien (el fin) al que dicha actividad está constitutivamente encaminada. Para ejercer bien la profesión primero hay que saber cuál es el fin propio, legítimo de dicha profesión.
A. Hortal afirma que el fin de cada actividad es el bien al que está ordenada dicha actividad: el fin/bien del cocinar es hacer comida; el fin/bien de telefonear es comunicarse con alguien lejano; el fin/bien de un aparato es que funcione adecuadamente.
Si hablamos de las profesiones de cada uno de ustedes, ¿cuál sería el bien al que está ordenada o dirigida su actividad profesional? Pensemos…


viernes, 15 de agosto de 2014

Cuestionarios para las alumnas de los sabados...

QUE ES ÉTICA?
QUE ES MORAL?
QUE ES PROFESIÓN?
QUE SON LAS VIRTUDES?
DIFERENTES MODELOS DE ÉTICA?
QUE ES ÉTICA UTILITARISTA?
QUE ES ÉTICA EPICUREA?
QUE ES LA ÉTICA DE KANNT?
NORMAS VS VIRTUDES?
QUE ES DEGRADACIÓN DE OFICIO?
CRITERIO PERSONAL DE UN VIDEO?
CRITERIO PERSONAL SOBRE ETICA CRISTIANA?
QUE ES ETICA EDONISTA?

miércoles, 6 de agosto de 2014

11 CLASE




¿Qué son los principios?
Luego de haber reflexionado y analizado lo relacionado con la profesión, en la presente unidad conoceremos los principios de la ética en orden a aplicarlos en el ámbito profesional y humano.
En cuanto a este primer apartado ¿Qué son los principios?  La ética profesional debe buscar los criterios que nos permitan discernir entre las actuaciones aceptables y las que no lo son. Esos criterios prácticos, que orientan nuestras acciones, proceden de unos criterios superiores o principios que nos permiten orientarnos acerca de lo que es éticamente bueno o no.
Definición de principios éticos: “aquellos imperativos de tipo general que nos orientan acerca de qué hay de bueno y realizable en unas acciones y de malo y evitable en otras”. Los principios éticos o morales no prescriben (ordenan, obligan a realizar) actuaciones concretas de forma directa e inmediata, sino que indican los temas y metas que hay que considerar a la hora de formular normas o reglas morales.

De este modo, Augusto Hortal hace una doble distinción:
- Principios éticos: son generales o universales y expresan los grandes temas y valores a tomar en cuenta en el vivir y en el actuar.
- Normas: aplican los principios a situaciones concretas de la vida o de la profesión, dicen cómo se debe aplicarse el principio.
Ejemplo de principio ético:
“Todos los seres humanos nacen iguales en dignidad y derechos”. Este es un principio universal pues expresa el valor de la dignidad que posee todo ser humano y orienta la acción de toda persona o Estado.
Ejemplo de norma:

Art. 9. Las personas extranjeras que se que se encuentren en el territorio ecuatoriano tendrán los mismos derechos y deberes que las ecuatorianas, de acuerdo con la Constitución (Constitución de la República del Ecuador, 2008).